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HAFTARA PARA EL SEGUNDO SHABAT DE JANUKÁ

El Talmud (Meguilá 31a) nos enseña que si el primer día de la fiesta de Januká cae un sábado, entonces en el último día de la fiesta - que también caerá en shabat - no se leerá la haftará correspondiente a la parashá de la semana sino una haftará llamada "para el segundo shabat de Januká", seleccionada del libro de Reyes I, capítulo 7.


En ella se recuerda el relato de "las menorot de Shelomó", es decir los candelabros que construyó el rey Shelomó cuando construyó el primer Templo de Jerusalem:


"Hizo Shelomó todos los objetos para la Casa de Di-s: el altar de oro, y la mesa - sobre la cual se colocaba el pan - de oro. Y los candelabros: cinco a la derecha y cinco a la izquierda, delante del Santuario, de oro puro, y las flores, las lámparas y las tenazas, de oro" (7:48-49).


Además de las enseñanzas técnicas de la construcción del Templo, Nuestros Sabios en el Midrash nos develan otra faceta dentro del entendimiento de estos versículos. Un versículo más adelante, al finalizar nuestra haftará, dice el texto:


"…y los potot para las puertas de la Casa interior - para el Santuario, y para las puertas de la Casa - para el atrio, de oro" (7:49).


"¿Qué es "potot"? Rabí Itzjak Migdalaá dijo: Se refiere al gozne que se encuentra debajo del eje (de la puerta, que se coloca para que el eje gire bien y no se trabe). Rabí Simái dice: Se refiere a las llaves. Esto te enseña que nada le faltaba al Bet Hamikdash (es decir, que todo lo que había en él era de oro), incluso una cosa sin importancia" (Bamidvar Rabá 12:4).


Incluso los más mínimos detalles constructivos del lugar más santo del Templo Sagrado estaban hechos de oro, como ser las llaves - acorde con la opinión de Rabí Simái, o los goznes de las puertas - acorde con la opinión de Rabí Itzjak Migdalaá.


Nuestros Sabios (Pesiká Rabatí 6:7) también aprenden esto del versículo siguiente en el texto del libro de Reyes, que no es leído en nuestra haftará:


"Se completó toda la labor que hizo el rey Shelomó
para la Casa de Di-s…"
(7:51).


Ellos se preguntaron por qué está recalcado en este versículo que se completó toda la labor del Templo, si realmente podría haber estado escrito en el versículo: "Se completó la labor que hizo el rey Shelomó para la Casa de Di-s…", sin necesidad de escribir la palabra "toda". A lo que contestan, que si hubiera habido un solo detalle incompleto, es decir si el Santuario no hubiera sido totalmente de oro, realmente no se podría decir que estuvo toda la labor de la construcción del Templo completa.


Más allá de cómo Nuestros Sabios hayan aprendido que el Templo de Ierushalaim era una maravilla arquitectónica única en el mundo, podemos entender claramente que ellos nos quisieron transmitir una gran enseñanza para nosotros, para nuestra vidas: "Esto te enseña que nada le faltaba al Bet Hamikdash, incluso una cosa sin importancia".


El hombre tiene una similitud con el Templo Sagrado. Cuando Di-s le ordenó a Moshé que construya el Mishkán (Tabernáculo) y le dio la lista de los materiales necesarios para su realización, hubiéramos pensado que después Di-s diría: "Y harán para Mí un Santuario y moraré en él", es decir en el Santuario, pero para nuestra sorpresa, en realidad, el versículo dice: "Y harán para Mí un Santuario y moraré en ellos" (Shemot -Éxodo- 25:8), es decir en los hijos de Israel. Así como el Templo de Jerusalem era shalem (completo), así también la persona debe tratar de serlo.


Pero, ¿cómo Di-s puede morar en los hijos de Israel? El mensaje es claro: si cada persona construirá dentro de él un Santuario, es decir un lugar de santidad, entonces Di-s reposará Su Santidad en cada persona. La regla general es que la Santidad va hacia donde hay santidad, mientras que la impureza convoca a más impureza.


En la historia de Januká nosotros aprendimos que después de la victoria militar sobre los griegos, los hijos de Israel entraron al Templo Sagrado que había sido impurificado, y encendieron la menorá del Templo con un poco de aceite puro que encontraron allí.


Dice el autor del libro "Maarjé Lev":

"Si nosotros sabemos que extraer aceite puro para la menorá del Templo tomaba varios días, y ellos no sabían que Di-s les haría un milagro, entonces, ¿por qué ellos encendieron el candelabro del Templo aquella noche del 25 de Kislev cuando encontraron el frasco con el aceite puro, si sabían que esa cantidad de aceite duraba solamente para un día, y al día siguiente de todas formas no podrían encender el candelabro con aceite puro?".


A lo que responde:

"Esto nos viene a enseñar que a pesar de que puede parecernos que el cumplimiento de alguna mitzvá no tiene ninguna finalidad, de todas formas es nuestra obligación cumplirla de la mejor manera que podamos, anulando todos los pensamientos ajenos a la misma. Y si la persona hace esto, entonces será merecedor de recibir una ayuda por parte de Di-s, similar al milagro del aceite, en el cual ellos encendieron la menorá con esa pequeña cantidad de aceite que alcanzaba sólo para un día sin pensar qué ocurriría al día siguiente, y ocurrió un milagro y finalmente pudieron cumplir la mitzvá en forma completa"


Fuente http://www.judaismohoy.com/

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