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PARASHAT HASHAVÚA: MISHPATIM

Por el Rabino Gustavo Kraselnik,
Congregación Kol Shearith Israel – Panamá

Es posible que el lector del texto bíblico se sienta levemente decepcionado al recorrer el contenido de la lectura de la Torá de esta semana, parashat Mishpatim (Leyes).

Después del apasionado relato de las plagas cayendo sobre Egipto, la conmovedora salida de la esclavitud, el milagroso cruce del Mar Rojo y el momento sublime de la entrega de la Torá a todo el pueblo de Israel, reunido al pie del monte Sinaí, la Torá abandona la narrativa para enunciar una larga y muy diversa serie de leyes que conforman el Sefer Habrit (el libro del Pacto) y culmina, precisamente, con el establecimiento del pacto entre Dios y el pueblo de Israel.

La continuidad del relato se interrumpe y aparece un cuerpo legal que abarca los temas más diversos: la esclavitud, daños físicos y morales, el aborto accidental, robos, fraudes, idolatría, tzedaká, justicia, fiestas de peregrinación, ofrendas y muchos más. Abarca prácticamente todas las facetas de la experiencia humana.

Es abismal el choque entre la majestuosidad del Decálogo y lo meticulosamente normativo de nuestra parashá, entre el impacto de la palabra divina dirigida a cada uno (los Diez Mandamientos están expresados en singular) y la aridez de los Mishpatim.

Es posible que haya sido esta brecha perceptiva la que originó el comentario de Rabí Ishmael, citado en la Mejilta. Siguiendo el principio rabínico que sostiene que ninguna letra de la Torá es superflua, Rabí Ishmael se detiene en la primera letra, la “vav” (“y”) de Ve-ele mishpatim; literalmente, “Y estas son las leyes”. ¿Por qué el texto no comienza diciendo Ele hamishpatim, “Estas son las leyes"? ¿Por qué esa “Y” inicial?

Rabí Ishmael responde: “Así como las primeras (los Diez Mandamientos de la parashá anterior) provienen del Sinaí, también estas fueron dichas en el Sinaí". Es decir, la “vav”, el nexo coordinante, determina que también las leyes del Sefer Habrit fueron entregadas al pie del monte Sinaí.

A partir de este midrash, encontramos que este conjunto de leyes que aparece en nuestra parashá cobra un nuevo significado. De alguna manera se convierte en una articulación de los Diez Mandamientos, un desarrollo más detallado de los principios generales establecidos por el Decálogo.

Y es después de esa enunciación más concreta, más puntual, de las leyes, cuando se realiza el Brit, el pacto. Las Tablas de la Ley son el símbolo del pacto, pero este solo cobra vigencia cuando el contenido de las Tablas es traducido, tal como lo hace Parashat Mishpatim, en normas que guían todos los aspectos de nuestra vida.

Tras la lectura de Moisés del Sefer Habrit, el pueblo al unísono respondió Naasé venishmá, “Lo cumpliremos fielmente” (según la traducción del Jumash Etz Hayim), demostrando así su firme voluntad de ser parte del pacto.

Alguien me hizo notar que esta respuesta del compromiso de Israel con el pacto aparece en el libro de Éxodo 24:7. No entendí a qué se refería, pues sabía que yo conocía la cita. “¿Te das cuenta de la ubicación?” me dijo, “¡24/7! Eso significa que también nuestra respuesta como parte del pacto tiene que ser dada 24/7: las 24 horas del día, los 7 días de la semana". Y no es necesario agregar nada más.

Shabat shalom,
Gustavo

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