En la Parashah no solamente habíamos visto la sucesión de leyes que regulan las relaciones entre "amos y esclavos" sino, en especial, habíamos visto la necesidad de cuidar a nuestro prójimo, ya sea en cuanto a su moral se refiere, a sus bienes materiales y a su misma vida.
No es una casualidad que inmediatamente después de promulgar esas leyes, la Torah en el capítulo 24 de libro de Exodo nos habla del pacto concertado entre Di-s y el pueblo de Israel, cuando Mosheh hubo leído el Sefer Habris, o sea, el Libro del Pacto.
El profeta Irmiahu reaccionará violentamente contra la ruptura del Pacto, como lo han hecho otros profetas de Israel. Cuando la Torah habla del Pacto entre Di-s y el pueblo de Israel, no se refiere únicamente a consideraciones teológicas o espirituales, ya que la base misma del Decálogo es la fe en Di-s que nos había liberado de la esclavitud egipcia. Esclavizar al hombre es violación en primer grado de la fe en Di-s. La tradición judía nos hace recordar permanentemente que nuestra vida religiosa tiene que ser vivida como "Zejer litziat mitzraim" -recuerdo y memoria de la salida y liberación de Egipto.
Los profetas de Israel han intervenido en la "política" de reyes y gobernantes siempre que la condición humana ha sido rebajada. Cuando decimos condición humana, nos referimos al hombre de cualquier procedencia y creencia religiosa que éste tenga.
Libro de Exodo y Haftarot en versión castellana
traducción, supervisión, selección exegética,
notas y cometarios del Rabino Marcos Edery
No hay comentarios:
Publicar un comentario