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PARASHAT HASHAVÚA: ITRO

Adaptación: Rab Sarina Vitas

Para aquellos que conocemos la historia de la Torá, esta parashá, esta semana, pareciera ser LA SEMANA con mayúsculas. La entrega de los “Diez Mandamientos.” Aún más que la décima plaga y el éxodo de Egipto, o la partición del mar, por más emocionantes que hayan sido, la revelación en Sinai es EL punto culminante de la Torá.

El Comentario Masortí/Conservador Etz Jaim dice de esta parashá “es sobre la cual gira la Torá pues es el acontecimiento fundamental en la historia de los israelitas. ¿Qué es lo que fue tan notable? No es el contenido de estas leyes, la mayoría de ellas son sentido común compartido por cualquier sociedad civilizada (prohibir el asesinato, el robo) y la observancia del Shabat (el único día sagrado incluido en las tablas) fue introducido ya la semana pasada en la porción sobre el ‘maná.’ En realidad, los “Diez Mandamientos” no son llamados “mandamientos” (mitzvot) en la Torá – sino simplemente diez “palabras” (devarim). El término preferible en español sería “decálogo” (del griego).

Entonces, ¿¿qué es lo especial??

Lo especial radica en dos puntos: el primero: Se asumen como Pueblo. La ley los conduce. La ley los limita. La ley les exige y a su vez le otorga derechos.

El segundo punto: La experiencia comunitaria. Los israelitas sintieron que tuvieron un encuentro con lo Divino que convierte en esencial a este acontecimiento, que les cambia la vida, la mirada y la concepción de su propio ser. Este acontecimiento “ratifica” la relación entre Dios y el pueblo judío. Antes de esta revelación, Dios dice, “Vosotros habéis visto lo que hice a los egipcios, y cómo os he llevado como sobre alas de águila y os he traído a Mí… Me seréis un preciado tesoro entre todos los pueblos pues que Mía es toda la tierra…y vosotros me seréis un reino de sacerdotes y una nación santa” (Ex. 19:4-6).

Mirémonos nosotros hoy. Esta parasha nos exige, en lo personal, reveer nuestra relación con la ley, con las mitzvot. Y en lo colectivo, asumirnos como comunidad, y renovar constantemente la experiencia de continuidad, que sólo se da… cuando al igual que en el monte Sinai somos capaces de escuchar y actuar con compromiso y responsabilidad.

Shabat Shalom

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