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HAFTARA: JAIE SARA

Probablemente este capítulo haya sido seleccionado para ser leído como Haftarah de la parashah Jaié Sarah, por guardar con la misma cierta analogía lingüística, antes que temática.
Así veremos la similitud de las situaciones entre la vida de Abraham y la de David solamente en cuanto a la ancianidad se refiere.

En el resto del relato, en la haftaráh, las diferencias con Abraham son notables y hablan por sí solas. Por otra parte con este primer capítulo del libro de Reyes comienza la historia del rey Salomón que será constructor del Bet Hamikdash, el Templo de Ierushalaim.

El libro de Reyes, de acuerdo a la tradición talmúdica, ha sido escrito por el profeta Jeremías. Antes de narrar la historia de este glorioso rey de Israel, Salomón, el autor hace pasar ante nuestros ojos los últimos momentos de la vida del rey David, quien, si bien fue pastor en sus inicios, ha tenido una vida de lucha, desplegando valentía sin cesar, en aras de su pueblo.
El ha tenido que enfrentarse no solamente al gigante Goliat sino también a la melancolía y a la persecución del rey Saúl.

Tal vez por ello percibamos en este capítulo un deterioro y agotamiento físico mayores, que los acordes a los setenta años con que contaba, según se desprende de otros textos bíblicos.
La vida azarosa condiciona la ancianidad. Por otra parte, las dificultades sucesorias son grandes, pero surge con claridad en este capítulo, la lealtad de David para con sus ideales.
Prácticamente empleará el último vigor que su cuerpo puede darle para reafirmar su promesa a Bat Sheva y hacerla cumplir.

"A la sazón Adon-i -hijo de Haguit- se vanagloriaba diciendo: ¡Yo habré de reinar! El se hizo una carroza y jinetes y cincuenta hombres que corrían delante de él". (I Reyes 1:5)
Lo mismo había hecho su hermano Abshalom cuando tenía intenciones de despojar a David de su reino. Así leemos en II Smuel 15:1 "Ocurrió que después de esto, se hizo para él, Abshalom carrozas y caballos y cincuenta hombres que corría delante de él".

Tal vez Adon-i, conciente de su belleza y del trato recibido por parte de David, su padre, quien "no le había contrariado nunca" amén del hecho de que sus hermanos Amnón Daniel y Abshalom habían fallecido, se sentía sucesor natural del rey David, pero seguramente, también conocía el afecto del rey David por su hijo Salomón.

Libro de Génesis y Haftarot en versión castellanaTraducción, supervisión, selección exegética,notas y comentarios del Rabino Marcos Edery

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