Buscar este blog

PERLITA DE LA PARASHÁ TAZRIA - METZORA

Pureza de Vida
Ioni Shalom

Las secciones de la Torá que estamos leyendo por estos Shabatot, centran foco en las disposiciones concernientes a la purificación del hombre y la mujer.

Particularmente, nuestra Parashá, Tazría-Metzorá, hablará de las impurezas relacionadas con la sexualidad, la lepra, tumores, úlceras, quemaduras, manchas en la piel, etc., y comienza estableciendo las obligaciones (por así llamarlo), de aquella mujer que diera a luz.

Y en particular, deseo referirme a lo relacionado con lo que sucede “luego” del período de purificación.

Tal vez la pregunta más relevante sea… ¿Para qué queremos todas estas Mitzvot (preceptos, leyes)? ¿En qué me cambia a mí, hombre común y corriente, estas leyes?

Y para responder esta pregunta, tal vez sea necesario desterrar la relación del término obligación con aquello que es “tedioso” o con algo que no queremos hacer, no nos gusta o no nos interesa, pero que “debemos”…

La Torá comienza describiendo sobre el tiempo de impureza luego de dar a luz, explicando que por un varón quedaría impura siete días y por una niña, por dos semanas (Vaikrá 12:2-5)

Y luego de cumplirse ese período de purificación, debía traer a la entrada del Tabernáculo, (ante el sacerdote) un cordero de un año para ofrendar como holocausto y un pichón de paloma o una tórtola como ofrenda expiatoria (Vaikrá 12:6)

Lo intrigante es que después del parto y de la purificación correspondiente, pareciera que no les alcanza, y que hay aún más obligaciones. ¡¿Ahora también tengo que llevar una ofrenda al altar?!

Pero tal vez, el problema esté en cómo miramos estas obligaciones. Tal vez, la confusión esté en no razonar para qué sirven estas ofrendas y qué me aportan a mi persona.

¿Cuál es el objetivo de todas estas obligaciones (repito insistentemente el término justamente porque no creo que sea el adecuado)?

Somos un Pueblo con una tradición milenaria, pensada e inteligente.

Nadie puede negar la alegría de un padre al ver nacer su hijo, ni el dolor de un hombre o mujer al tener que enterrar a otro ser querido…

¿Pero cuánto menos alegre es el nacimiento, si no se puede compartir con nadie?

¿Y cuánto más doloroso es el fallecimiento, si no hay un hombro donde llorar, ni un consuelo por pedir (por más difícil que sea encontrarlo o por más que no se encuentre)?

“Que cada acto tuyo, no sea un acto más, un hecho mundano en tu vida”.

Que cada hecho, cada suceso, cada paso, cada accionar, por más pequeño o grande que fuere, trascendental o no, tenga relación con nuestra tradición…

Y más aún si se trata de cuestiones que tienen que ver con la vida y el alma, los componentes más sagrados regalados por Di-s…

Estas obligaciones, son el modo de relacionarnos, de hacer de cada una de nuestras vivencias, un momento sagrado, convirtiendo cada acto mundano en una situación de santidad, cada hecho simple en un momento para el recuerdo.

Así como al comer bendecimos para transformar un acto mundano en un acto de santidad y mantenemos las leyes del Kashrut para transformar un hecho que podría parecer bárbaro, en sagrado, involucrando a Di-s, del mismo modo, en cada acto, en cada situación, Di-s desea compartir con nosotros la felicidad o la angustia, la alegría o el dolor…

Solemos pensar que las Mitzvot son obligaciones que hacemos para contentar a otros (a quienes no les alcanza), o para cumplir con Di-s…

Cuando estas obligaciones, se transforman en la forma sincera de reaccionar ante este tipo de hechos, incorporando la gratitud y el pesar en un acto que involucra a todos, es cuando podemos disfrutar del momento, o bien afrontarlo de la mejor manera posible, en compañía, y bajo el cuidado de Di-s.

¿Y si no tengo?
“Pero si no tuviere recursos suficientes para ofrecer un cordero, traerá dos tórtolas o dos pichones de palomas, uno por holocausto y el otro por ofrenda expiatoria, y el sacerdote hará expiación por ella, que así será purificada”
Vaikrá 12:8

La religión y la tradición no hacen diferencia de status económico. Cada uno, puede dar de sí lo que sea, siempre que sea lo que más pueda y con el corazón:

"Tanto el que trae abundantemente, como el que trae menos (sus ofrendas son bien recibidas) siempre y cuando dirijan su corazón al cielo"
Berajot 5b

Quiera Di-s, podamos dar lo mejor de nosotros en cada situación, reflejando nuestra tradición y nuestros valores en cada una de ellas…

Shabat Shalom

No hay comentarios:

Publicar un comentario