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PARASHAT HASHAVÚA: SHMOT

El Proceso de Asimilación

Tres judíos se encuentran en el club discutiendo sobre sus orígenes étnicos. El primero dice, "Mi padre era del viejo continente. Su nombre era Goldsmith. El trabajaba con oro y le iba muy bien. Cuando yo heredé su trabajo cambie mi nombre a Gold (Oro en inglés)".

El segundo dice, "Mi padre también era del viejo continente. Su nombre era Silversmith. El trabajaba con plata y le iba muy bien. Cuando yo heredé su compañía, acorté mi nombre a Silver (Plata en inglés)".

El tercer hombre dice, "Mi padre también era del viejo continente. Su nombre era Schneider. El era sastre y siempre tenía que luchar arduamente para ganar el sustento. Me enseñó el oficio y yo luché también. Un día me dirigí al cielo y recé: "Señor, ayúdame a tener éxito en los negocios y seremos socios". ¡Y desde entonces mi negocio se ha convertido en un gran éxito!"

Los otros dos lo miraron y le dijeron, "¿De verdad esperas que creamos tu historia?".

"Seguro", dijo él, "¿nunca han escuchado de la prestigiosa marca de ropa "Lord & Taylor" (el Señor y el sastre en inglés)?".


¿Donde Estamos Hoy en Día?

Hace un poco más de 100 años, un "iluminado" filósofo-poeta judío llamado Yehuda Leib Gordon aconsejó a sus seguidores con una frase que luego se convirtió en la frase clave para describir gran parte del comportamiento judío de la era: Yehudí be-bei-techa, Adam be-tzey-techa – "Sé un judío en tu casa, y una persona normal afuera". En otras palabras, mantén tu judaísmo y sus prácticas como un asunto privado, y cuando interactúes con el resto del mundo, relega tu identidad judía al asiento trasero, o escóndela como puedas.

Muchos siguieron el consejo de Gordon, y los signos y símbolos externos del judaísmo; Kipá (cobertura de la cabeza), Tzitzit (flequillos en la ropa), Tefilin (filacterias), Brajot (bendiciones) y Kashrut (leyes dietéticas) – por nombrar algunos – fueron abandonados en público, por procurar imitar y emular a sus vecinos gentiles.

Eventualmente esta negligente vida judía pública se extendió hasta el ámbito privado, y pronto el lema fue alterado: "No seas judío ni en tu casa ni afuera".

Está pasando también hoy y las consecuencias son devastadoras. Los jóvenes judíos son apáticos y desinteresados. Pero si estás leyendo esto, tú estas dentro de los que les importa. Podemos romper el ciclo y dar media vuelta. ¿Cómo? Expresa tu identidad judía básica regularmente. Haz un compromiso con la educación judía y la observancia judía. Enciende velas de Shabat, o recita el Shemá. Escucha clases de Torá mientras viajas, o empieza un grupo de estudio en la hora de almuerzo de tu trabajo. Enséñales a tus hijos (o a los hijos de tus vecinos). Habla Hebreo y escucha música judía. O incluso realiza esa atrasada visita a Israel.

No lo dudes. El judaísmo no es todo o nada. Las opciones son infinitas. La experiencia es transformadora. La recompensa es eterna.

Shabat Shalom,
Rab Shraga Simmons

Extraído de:
www.aishlatino.com

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