Muchos enfermos son reconfortados al elevar una oración a Dios. Ya sea en el hospital, en una sinagoga o en la misma casa, la oportunidad de rezar junto a alguien que se acerca a extender su mano y su corazón, puede ser terapéutica y crear un vínculo estrecho y una relación especial.
Porque así como la medicina de mano de los médicos puede curar, la Tfilá(oración y ofrenda) salida de nuestras manos y de nuestros corazones tiene la fuerza para sanar un alma herida y dar fuerzas hasta en los momentos más angustiantes. Tal como dice el Libro de los Salmos:
Porque el sufrimiento dura solo un momento,
pero el favor de Di-s toda la vida.
Por la noche durará el lloro
pero a la mañana vendrá la alegría
Salmos 30:6
Durante esta semana volvimos a comprender el sentido de comunidad, al acompañarnos y realizar la gran Mitzvá de Bikur Jolim (visita a enfermos), cuando estuvimos con David Goldvaser en un momento difícil.
Presenciamos la fuerza interior en la que reside la llama Divina al compartir el movimiento comunitario que logró conseguir los requerimientos necesarios para que David esté más confortable y pueda tener las atenciones necesarias.
No se entristezcan, porque el amor de Adonai es vuestra fuerza.
Nejemia 8:10
Hoy David ya está recuperándose, moviéndose, hablando y caminando. Estuvimos rezando y cantando junto a él y comprendiendo la importancia de laTefilá que decimos cada día al levantarnos: “Baruj Atá Adon-i Elo-un Mélej haOlam, Zokef Kefufim” (Bendito Seas Di-s nuestro Rey del universo que das la posibilidad de erguirse).
Por nuestro querido David ben Jana, seguimos elevándonos en Tefilá por su completa recuperación.
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Seminarista Ioni Shalom
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