Buscar este blog

LECTURAS COMPLEMENTARIAS

Lag baOmer

El Día 33 de la Cuenta del Omer celebramos la festividad llamada Lag BaOmer. Relata el Talmud que el Rabí Akiva tenía 24.000 discípulos, todos los cuales eran muy grandes rabinos. El mismo Rabí Akiva era uno de los más grandes rabinos del Talmud. Pero, durante este período de 33 días, los 24.000 discípulos fallecieron debido a que no se trataban respetuosamente entre sí. Al morir ellos, el mundo quedó desolado, hasta que el Rabí Akiva le enseñó la Torá a cinco nuevos discípulos: el Rabí Meir, el Rabí Shimón bar Iojai, el Rabí Iosi, el Rabí Nejemías y el Rabí Iehuda. Fueron estos grandes Tzadikim los responsables de restaurar, más tarde, toda la Torá. Ellos son precisamente los rabinos de la Mishná (Iebamot 63a).
Explica el Rabí Natán que durante los Días del Omer, trabajamos para purificarnos y poder así recibir la Torá. La Torá fue recibida originalmente a causa de la unidad imperante entre los Judíos al llegar al Monte Sinaí, donde se presentaron como con un solo corazón (Rashi, Exodo 18:1). Los discípulos del Rabí Akiva no tenían esa amistad ni unidad y murieron durante este período de la Sefirá. Los siguieron el Rabí Shimón bar Iojai y sus discípulos, un grupo muy cercano y unido.
El gran amor y unidad manifestados entre el Rabí Shimón bar Iojai y sus discípulos, de lo cual encontramos referencias todo a lo largo del Zohar, es lo que trajo la rectificación de los primeros 24.000. La grandeza de Lag BaOmer reside en el hecho de que representa la finalización del período de duelo. Mediante la fuerza espiritual y el poder del Rabí Shimón bar Iojai y gracias a la unidad y paz que reine entre los Judíos, será posible rectificar hasta las más grandes pérdidas y tragedias ocurridas al Pueblo Judío (Likutey Halajot, Rosh Jodesh 6).

Los pensamientos originales de Torá

Los pensamientos originales de Torá proveen de una gran luz espiritual al mundo. Pero a esta luz, que emana del Ein Sof (el Infinito), sólo puede hacérsela descender y traer a este mundo mediante restricciones y limitaciones. De otro modo, es algo demasiado abrumador para que el hombre pueda apreciarla. Pues el hombre simplemente carece de la "fuerza" espiritual adecuada. Una forma de adquirir esta "fuerza" es uniéndose a otros Judíos. Esto en sí mismo es una forma de auto restricción en aras del grupo. Así podemos entender por qué fallecieron los 24.000 discípulos del Rabí Akiva. Cada uno de ellos era extraordinario por sí mismo y recibió muchos pensamientos de Torá de su ilustre maestro. Estos pensamientos de Torá les trajeron una gran luz pero ellos fueron incapaces de mantenerla.
¿Por qué? Pues no había amor ni armonía entre ellos. Les faltaban los lazos que les hubieran dado la "fuerza" para absorber la gran luz de la Torá y recibirla como una bendición. Fue como resultado de ello que fallecieron. Y su muerte tuvo lugar precisamente durante el período de la Sefirá, momento en el que deberíamos estar tratando de rectificarnos para poder recibir la Torá.
El Rabí Shimón bar Iojai y su grupo de discípulos eran muy diferentes a los discípulos del Rabí Akiva. Su mismo modo de relacionarse era una rectificación. Y mediante la "fuerza" que sus lazos de amor hubieron creado, el Rabí Shimón fue capaz de hacer descender una gran luz. Esta fue la revelación del Zohar, la fuente básica de la Kabalá tal como la conocemos hoy en día. Y estos discípulos no sólo fueron capaces de recibir la brillante luz de los pensamientos de Torá de su maestro sin ser dañados, sino que las revelaciones de la Grandeza de Dios traídas por el Rabí Shimón constituyeron una rectificación tan increíble que incluso hoy en día, no importa dónde haya caído espiritualmente una persona, siempre puede retornar a Dios. Es por esto que el Profeta Eliahú le dijo al Rabí Shimón que sus enseñanzas - el Zohar - sacarían del exilio a los Judíos (Likutey Halajot, Minja 7).

No hay comentarios:

Publicar un comentario