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NOTICIAS DEL MUNDO

Primera mujer árabe soldado del ejercito israelí
20/9/2010 
Itongadol.- Elinor Joseph, una joven árabe cristiana de Haifa, concluyó una etapa importante de su entrenamiento de combate en el batallón Karakal del ejército israelí siendo, desde ahora, la primera mujer árabe soldado de combate en la historia de las FDI. Creció en un barrio judío-árabe. Asistió a una escuela árabe y, más tarde, a mudó a un barrio árabe. Su padre sirvió en la Unidad de Paracaidistas de las FDI, pero nunca pensó que podría alistarse. "Quería ir al extranjero a estudiar medicina y no volver nunca más", dijo al portavoz de las fuerzas. Su padre esperaba que realizase el servicio militar, pero "Tenía miedo de perder a mis amigos ya que se oponían. Me dijeron que no me hablarían nunca más. Y me quedé sola."
A pesar de la oposición, se alistó. "Decidí ir cabeza a cabeza", dijo, "para comprobar quiénes son mis verdaderos amigos y hacer algo que nunca había hecho. Entendí que era más importante defender a mis amigos, familia y país. Yo nací aquí (...) con el tiempo, cuando se hacen las cosas desde el corazón, se entiende su importancia". Pensaba que me gustaría ser médica de combate, pero "el oficial responsable de personal se rió en mi cara y me dijo que era demasiado delicada. Empecé a llorar."Luché para recibir una alta calificación médica; la  suficiente para ser aceptada en la unidad de combate. Sin embargo tarde muchos meses hasta recibir una posición  de combate.

"Los árabes también matan árabes"
Después del entrenamiento de formación básica, Elinor tomó un curso destinado a médicos, en donde fue seleccionada como soldado destacada del curso. Fue asignada a un puesto de policía militar en el cruce de Kalkilya, al este de Kfar Saba. "Lo disfruté [y] me gustó la gente de allí", recuerda, aunque se sentía movilizada por el dilema de servir en un cruce fronterizo. Durante los momentos de dificultad y recelo, dice: "Me gustaría recordar que un Katiuska disparado por Hezbollah cayó cerca de mi casa y perjudicó a los árabes. Si alguien me dice que servir en las FDI significa matar árabes, les recuerdo que los árabes también matan árabes". "En los puestos de control traté a todos de la misma manera; todos somos humanos. Por esta razón, nadie reaccionó, contra mi, de manera negativa, y, a decir verdad, es algo que me sorprendió "." La gente sabía que estaba allí y que no me callaría. Era un recordatorio permanente sobre como  tratar a los palestinos de buena manera. Pero de verdad, el trato estaba siempre estaba lleno de respeto".
Poco después, se probó para entrar en una posición de combate en el Batallón Karakal. Fue aceptada, a pesar de la voluntad de su comandante que se quedara en la Guardia de Fronteras. "Al principio, extrañaba estar en la policía militar". "Las relaciones con la  gente eran muy diferentes. Los  conocía, no sólo personalmente, sino desde el punto de vista médico, creando una conexión muy íntima con cada uno. Pero me di cuenta que estaba en un lugar nuevo. Llegué a conocer a las personas  poco a poco y,  ahora,  realmente los quiero a todos".

(IsraelNationalNews.com)

 
Traducción: Asuntos Públicos. Embajada de Israel en Argentina

Héroes anónimos contra el horror nazi
20/9/2010 
Itongadol.- La historia de los diplomáticos españoles que salvaron vidas de judíos pese a la connivencia entre Franco y Hitler es eje de la muestra “Visados para la Libertad” en el Museo del Holocausto de Buenos Aires. El caso de los argentinos tampoco reconocidos.

En 1938 Argentina terminó de cerrar su frontera a los judíos exiliados de la Alemania nazi. Una orden secreta emitida por el entonces canciller José María Cantilo negaba la visa “a toda persona que se considere que abandona su país como indeseable o expulsado, cualquiera sea el motivo de su expulsión”. Esta circular 11, derogada de forma simbólica en 2005, está expuesta en el Museo del Holocausto de Buenos Aires junto a Visados para Libertad, una muestra que representa lo contrario: la labor de los diplomáticos españoles para romper con el espíritu de la comunidad fmholoc_tmb.jpginternacional de la época y salvar la vida de miles de judíos.
“Es un modelo educativo porque toma a aquellos que pudieron salvar gente aun a costa de su propia libertad, vida y seguridad.
Es un modelo de lo justo entre las naciones, de aquellos que arriesgaron sus vidas por las vidas de los otros, o al menos intentándolo”, explicó a El Argentino Graciela Nabel de Jinich, directora ejecutiva de la institución.
Nombres como Sebastián Romero Radigales, Ángel Sanz Briz y Julio Palencia y Tubau, no son muy conocidos, pero son parte de una lista de héroes responsables del escape de casi 35 mil judíos de origen sefaradí que huyeron de Europa a través de España a pesar de la complicidad entre Franco y Hitler. En el caso de Argentina, hay diplomáticos que obraron con la misma conciencia como José Caballero (encargado de negocios en Bulgaria), José Carlos Ponti (secretario de Legación en Bucarest) y Manuel Malbrán (embajador en Italia) que protegieron a los judíos perseguidos desoyendo las órdenes de Buenos Aires.
“Hay que honrarlos a ellos y a otros que hicieron cosas brillantes y que permanecen con la memoria anestesiada. ¿Por qué no tienen nombres de calles, por qué no los celebramos? Hay otro fenómeno poco hablado y estudiado: los cinco mil argentinos que fueron a combatir con las fuerzas aliadas contra el nazismo, de los cuales murieron casi 200”, agregó Mario Feferbaum, presidente del Museo del Holocausto.
Para romper con estos olvidos es que el museo trabaja con un importante objetivo pedagógico (la exigencia de que Auschwitz no se repita es la primera de todas en la educación, expresó el fi lósofo Theodor Adorno). “Ponemos el énfasis en la concurrencia de escuelas medias y universidades, de seminarios para docentes, en poder ir a distintos puntos del país y del exterior, editar materiales y tener además una muestra central y distintas itinerantes”, resumió Nabel de Jinich.
“En todas las sociedades hay discriminación y en esto tenemos la responsabilidad de trabajar para que no suceda más. Hay que tener presente que en la última Guerra Mundial murieron 50 millones de habitantes y desde esa fecha a hoy unos 250 millones por odios étnicos.
Estamos hablando de toda la población de América Latina. La tolerancia al otro hay que trabajarla desde la educación”, añadió Feferbaum.
Además de Visados para la Libertad, en estos momentos la institución expone una muestra sobre el testimonio del nazismo del doctor argentino Ramón Palacio Posse tras un viaje por Europa e “Identidad: retratos de testigos de la Shoá”, con fotos y testimonios de sobrevivientes que viven en el país. “Es una oportunidad para todos ellos, para quienes nunca quisieron hablar, para quienes quisieron hablar poquito y para otros que siempre lo hicieron”, contó Nabel Jinich.
La misma directora ejecutiva del museo recordó que un nene de 11 años preguntó porqué hay que estudiar el Holocausto.
Su respuesta no tardó en llegar: “Para poder entender la discriminación y la xenofobia, pero también la generosidad y la solidaridad de aquellos que salvaron gente de distintas maneras. Es importante destacarlos aunque no conozcamos sus nombres.
Es mostrarnos que no todo está perdido, que en las peores épocas, se puede elegir”.
El Argentino

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