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TU BE AV - 15 DE AV

15 de Av de 5770 – 26 de Julio de 2010
La única festividad judía que existía en tiempos remotos en el mes de Av era el 15 de Av, día en el cual las jóvenes de Iehudá salían a danzar en los viñedos. Los hombres que buscaban esposa salían a elegir una, tal como lo dijera Rabbí Shimón Ben Gamliel (Mishná, Maséjet Taanit, Capítulo 4, mishná 18): “No hubo otros días tan buenos para Israel como el 15 de Av y el de Iom HaKipurim, en los cuales las jóvenes de Jerusalén salían con vestidos blancos prestados, para no avergonzar a quienes no tenían medios”. Es decir, las jóvenes vestían ropa de color blanco que no les pertenecía, para que no se pudiera distinguir su condición social, su situación familiar o su nivel económico.

También, un 15 de Av Hoshea Ben Elá anuló los centinelas que Ierovam Ben Nevat había apostado en los caminos para impedir el peregrinaje a Jerusalén. Estos guardias habían sido impuestos por el rey de Israel por el temor de que el otro reino (Iehudá) se viera fortalecido por el peregrinaje a Jerusalén, y lograra de esa manera superar su poderío. Por ello, los centinelas evitaban por la fuerza que el pueblo ascendiera a la ciudad. Al mismo tiempo, Ierovam trató de encontrar sustitutos al Santuario e instauró efigies de becerros en Dan y en Bet El. De esta manera se perpetuó el cisma que condujo a la idolatría y el paganismo. El último monarca del reino de Israel, Hoshea Ben Elá, retiró el 15 de Av a dichos centinelas, abrió el camino a Jerusalén ante los peregrinos y de esa manera reunificó al pueblo.

En Tu Beav, además, dejaron de morir “los muertos del desierto”, la generación del desierto que había salido de Egipto y cuya muerte había sido decretada en el desierto por el pecado de los espías (Números 13, 14).

Y también en esta fecha los romanos, que habían prohibido sepultar a los soldados de Bar Kojvá caídos en defensa de la última fortaleza, Betar, permitieron enterrarlos. En este acontecimiento cabe señalar un milagro doble: la revocación de la prohibición y el hecho de que los cuerpos, que habían yacido en el campo de batalla, estaban íntegros (año 135).

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