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PARASHÁT EKEV

Tzedaká: derecho de todo ser humano a vivir con respeto y dignidad

En una parte de la parashá de esta semana se describen cualidades de D”s y entre ellas dice: Osé mishpat iatom be almana, “hace justicia al huérfano y a la viuda” (Devarim 10:18). Quisiera resaltar dos aspectos de esta frase. El versículo habla de D”s y no de lo que deberían hacer los seres humanos, como figura en otras partes de la Torá. Esta es una metodología pedagógica que tiene la Torá. Nos habla de D”s para darnos enseñanzas de cómo deberíamos comportarnos nosotros en la tierra, siendo D”s nuestro modelo a seguir. Nuestro creador hace justicia; nosotros también deberíamos llevarla a la práctica. Se nos educa con el ejemplo, con acciones y no con palabras y discursos vacíos. Hay una fuente muy bonita en el Talmud que nos enseña que varias de las cualidades que aparecen en la Torá sobre D”s son acciones que deberíamos esforzarnos por imitar:

Y dijo Rabí Jama ben Janina: “¿Cómo se explica el versículo ‘En pos de Adonai vuestro D"s , os habréis de encaminar…’ (Devarim 13: 5)? ¿Acaso le es permitido al hombre ir detrás de la Shejiná? No está dicho: ‘Ya que Adonai tu D"s, fuego que consume es…’ (Devarim 4: 24)! Entonces la explicación es que hay que ir detrás de sus cualidades. D"s viste a los desnudos, como está escrito: ‘Hizo Adonai Elohim al hombre y a su mujer vestimentas para su piel y les hizo vestir’ (Bereshit 3: 21), también tú viste a los desnudos. D"s visita a los enfermos, como está escrito: ‘Se le apareció a él (Abraham), Adonai, en el encinar de Mamré’ (Bereshit 18: 1), también tú visita a los enfermos. D"s consuela a los deudos, como está escrito: ‘Y fue que después del deceso de Abraham, Elohim bendijo a Itzjak, su hijo’ (Bereshit 25: 11), también tú consuela a los afligidos. D"s entierra a los muertos, como está escrito: ‘Lo sepultó a él (Moshé) en el valle…’ (Devarim 34: 6), también tú entierra a los muertos”. (Talmud Babilónico, Tratado Sotá 14 a).

Lo mismo podemos decir en relación al versículo de esta parashá: D”s hace justicia con el huérfano y la viuda; también tú haz justicia.
El segundo aspecto que quiero rescatar es que en el versículo no dice que D”s ayuda al huérfano y a la viuda sino que hace justicia. De aquí y de muchos versículos de la Torá podemos apreciar el concepto tan elevado e importante de Tzedaká. Este concepto es muy diferente al de otras culturas. En ciertas sociedades se habla de caridad, de dar limosna, diezmo, etc. a los pobres. Lo que se está diciendo es que el mundo se divide entre quienes pueden dar y quienes necesitan recibir. Los que tienen poder adquisitivo deberían apiadarse de aquellos que no lo tienen. Se trata de tener un buen corazón y realizar actos de bondad. En el judaísmo, la concepción en relación a este tema es muy diferente. No se trata de actos de bondad sino de una obligación ética. De hecho, la Tzedaká es una Mitzvá, un precepto que todos debemos cumplir, no sólo los poderosos. Dice en el Shulján Aruj:

Toda persona debe contribuir a hacer Tzedaká, de acuerdo a sus medios. Aunque una persona no pueda dar sino muy poco, no debe abstenerse de darlo, pues lo poco que da es exactamente tan valioso como las grandes contribuciones del rico…
Es interesante saber que la palabra Tzedaká posee la misma raíz que la palabra Tzedek, que significa “justicia”. Esto quiere decir que hacer Tzedaká es una manera de hacer justicia en el mundo. La concepción de este término es que D”s creó el mundo, creó a los seres humanos para que vivan en él y para que ellos distribuyan las riquezas equitativamente. La naturaleza está hecha para que todos podamos vivir bien, respetable y dignamente. Depende de los seres humanos que en el mundo haya justicia y que cada uno reciba la porción que necesita para vivir. Por eso Tzedaká no es caridad, no es dar sino hacer justicia.

Lamentablemente, en toda la historia de la humanidad, las riquezas del mundo nunca han sido distribuidas equitativamente. Hoy, más que nunca, las diferencias entre ricos y pobres son abismales. Sobre todo vemos que la tendencia en países de Sudamérica y en Centroamérica, nuestra región, es que cada vez menos personas poseen grandes riquezas, y que la mayoría de la población tiende a estar por debajo de la línea de pobreza.

Para la sociedad occidental, los derechos humanos son un fenómeno de la modernidad; en cambio, en nuestra tradición se remonta varios siglos atrás. Podríamos definir Tzedaká como la restitución del derecho de una persona a vivir con respeto y dignidad. Para ello debemos levantarnos y hacer justicia.

Muchos de nosotros somos conscientes de esta realidad pero no sabemos exactamente qué hacer para cambiar esta situación. Como judíos, tenemos la oportunidad de hacer grandes cambios desde nuestras pequeñas comunidades. Unidos, haciendo justicia en nuestras sociedades. Dice en el Talmud:
Rabí Eliécer decía: “¿Qué significa la frase del profeta Isaías (59: 17) ‘De tzedaká se la vistió como de coraza’? Eso quiere decir que al igual que la coraza se hace uniendo una pequeña lámina a otra, así también la Tzedaká puede realizar algo grande juntando un centavo a otro” (Talmud Babilónico, Tratado Baba Batra 9b).

Es nuestro deber, como judíos y como comunidades, seguir los pasos de nuestro creador y hacer algo para mejorar el mundo y, sobre todo, lograr que prime la equidad y la justicia entre todos los seres humanos del planeta.

Shabat shalom!
Rabina Daniela Szuster,
Congregación B´nei Israel, Costa Rica

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