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PERLITA DE LA PARASHÁ SHEMINÍ

No al fanatismo

El primer día del mes de Nisan fue para Aharon un día de suma alegría, pero a la vez, de suma tristeza. Alegría por la inauguración del Mishkan, tristeza porque ese mismo día murieron dos de sus cuatro hijos.

A lo largo de los siglos, nuestros exegetas se han ocupado de explicar la muerte de Nadav y Avihu. De acuerdo a algunos de ellos, ambos jóvenes murieron por entrar borrachos al altar. De acuerdo a otros, murieron por no haber purificado sus manos y sus pies antes de realizar el servicio a D´s. Otra opinión nos dice que murieron por querer enseñar una nueva norma, desafiando de esta forma la autoridad de Moshe y Aharon. Más allá del motivo de la muerte, creo que la Tora nos entrega un profundo mensaje relatándonos este episodio. Los hijos de Aharon se acercaron a ofrecer un fuego extraño, que nadie les había ordenado. El objetivo que ellos perseguían era correcto - acercarse a D´s- pero el medio a través del cual lo hicieron no lo fue. Ellos quisieron acercarse aun más de lo que se les había ordenado, se fanatizaron, y no pudieron regresar. 

Y en nuestros santuarios de hoy ocurre muchas veces lo mismo. Jóvenes y familias que buscan acercarse a D´s, que buscan un marco de pertenencia que los acoja y les muestre el camino, pero son llevados a extremos. Vemos como proliferan los fanatismos en todas las religiones, no sólo en la nuestra. Jóvenes que dejan la universidad, que abandonan sus familias en búsqueda del “llamado de D´s”. Algunos lo consiguen y son felices, otros claudican en su intento sin medir desde un comienzo las consecuencias que esto les puede traer a ellos, a sus amigos y a sus familias.

Parashat Shemini nos enseña que ningún extremo y ningún fanatismo es bueno. Como judíos debemos buscar a D´s con todo nuestro corazón, con todo nuestro ser y con todas nuestras fuerzas. Y ésta búsqueda debe ser sin extremismos, intentando encontrar siempre los términos medios en nuestra vida que nos permitan desarrollarnos y estar en armonía con aquellos que nos rodean.

Shabat Shalom!
Rabino Marcelo Kormis.

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